Otro día.
Tal vez no.
Nuevamente confuso, aturdido, como quien despierta de una mala pesadilla para sumergirse irremediablemente en otra más terrible aún.
Trató sin éxito de buscar acomodo en el maltrecho diván conformado por viejos neumáticos, preguntándose cuantas horas habrían pasado desde la última vez.