Pues no amigos, no solía ir. No porque que el “Franco” fuera un bar de Nájera de los llamados “de mayores” y yo solo un renacuajo de 11 años… ¡Que va!
¡Desde cuando eso era un impedimento! De hecho entrábamos en cualquier tugurio de Nájera sin ningún tipo de pudor, solo por ver que recreativa “gastaban”.
El verdadero motivo; el Bar “Franco” era parada obligatoria en la ruta de “chiquiteo” de mi padre y me arriesgaba sin comerlo ni beberlo a que me cayera una bronca monumental.